¿LE TOMASTE LA PATENTE?
(07/11/05)
Una tarde fresquita y con mucho viento.
Las frías estadísticas dirán que se apoyaron dieciséis tries de los que se convirtieron diez.
El local fue el Club Las Águilas que recibió la visita de Orcas Rugby.
Todos los tantos fueron del local. La fría estadística dirá que Orcas Rugby cayó ante el último campeón por 100 a 0.
Hacía mucho que Orcas no recibía soberano tanteador en contra. Prácticamente desde sus inicios en la URTDF. No pudo ofrecer resistencia efectiva ante un Águilas que literalmente lo pasó por encima.
Un Águilas que mostró credenciales suficientes como para perfilarse ya hacia un nuevo campeonato, en este caso el Clausura 2005 de la URTDF.
Un pack de delanteros prolijos y eficientes en las formaciones móviles y totalmente letales con sus backs.
Un trabajo descollante de Requejado, Coria, Acuña y Castro Videla más el asomo a sus mejores épocas de Giuliano, dieron por tierra con Orcas, que se fue desdibujando a medida que se abultaba el tanteador.
Párrafo aparte merece la actitud del visitante, que a pesar del “carro” no bajó los brazos y propuso el juego abierto cada vez que tuvo la ovalada en su poder.
(07/11/05)
Una tarde fresquita y con mucho viento.
Las frías estadísticas dirán que se apoyaron dieciséis tries de los que se convirtieron diez.
El local fue el Club Las Águilas que recibió la visita de Orcas Rugby.
Todos los tantos fueron del local. La fría estadística dirá que Orcas Rugby cayó ante el último campeón por 100 a 0.
Hacía mucho que Orcas no recibía soberano tanteador en contra. Prácticamente desde sus inicios en la URTDF. No pudo ofrecer resistencia efectiva ante un Águilas que literalmente lo pasó por encima.
Un Águilas que mostró credenciales suficientes como para perfilarse ya hacia un nuevo campeonato, en este caso el Clausura 2005 de la URTDF.
Un pack de delanteros prolijos y eficientes en las formaciones móviles y totalmente letales con sus backs.
Un trabajo descollante de Requejado, Coria, Acuña y Castro Videla más el asomo a sus mejores épocas de Giuliano, dieron por tierra con Orcas, que se fue desdibujando a medida que se abultaba el tanteador.
Párrafo aparte merece la actitud del visitante, que a pesar del “carro” no bajó los brazos y propuso el juego abierto cada vez que tuvo la ovalada en su poder.
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