Rugby federal
Unos 1500 jóvenes de todo el país participaron en Carlos Paz en el III Campeonato Argentino Juvenil para menores de 18 y 20 años
CARLOS PAZ.- Durante siete días hubo pelotas ovaladas por todos los rincones. Durante siete días hubo camisetas y acentos de todos los colores. Costumbres de las más dispares se entremezclaron dentro y fuera del Carlos Paz Rugby Club, cuyas dos canchas desembocan en el imponente Lago San Roque. Tal vez por eso, con el sol de frente, los protagonistas del III Campeonato Argentino Juvenil de rugby para menores de 18 y 20 años parecían estar corriendo sobre el agua; tal vez por eso parecían estar formando parte de un espejismo.
Lejos de ser una metáfora, ésa fue la sensación que muchos de los casi 1500 jóvenes de todo el país experimentaron hasta el domingo último en medio de las sierras cordobesas. Pero no sólo por contar con la posibilidad de intercambiar costumbres con jugadores del otro extremo del mapa: también los motivaba mostrar sus habilidades ante los seleccionadores nacionales, entre ellos Marcelo Loffreda, entrenador principal de los Pumas, Gustavo Milano y Bernardo Aitor Otaño. Todos acompañados por Emilio Perasso, titular de la Unión Argentina de Rugby, que presenció las últimas dos jornadas del torneo para 50 equipos. La UAR aportó $ 300 mil para la organización.
"Lo positivo de los nacionales juveniles en un solo lugar es que todas las uniones pueden participar, desde las más poderosas hasta las más débiles -afirmó Perasso-. Acá se mezclan las de Buenos Aires, Tucumán y Córdoba con las de Jujuy, Tierra del Fuego y Chubut, y eso sin contar a Paraguay, Chile y Uruguay."
Los jugadores de la Unión de Rugby de Tierra del Fuego, por ejemplo, viajaron tres días en ómnibus para competir. "El rival más cercano que tenemos está en Trelew. Además, nuestras canchas tienen mucha tierra y poco pasto", se lamentó Marcelo Velázquez, responsable de la delegación fueguina, compuesta por seis hombres que juegan (y estudian) en Buenos Aires: cuatro en Gimnasia y Esgrima, uno en Liceo Naval y uno en el SIC.
Algo similar ocurre con los muchachos de Valle de Chubut, cuya camiseta negra es casi idéntica a la de los All Blacks. "Esto es muy importante para nosotros, porque a causa de la nieve sólo podemos jugar entre marzo y junio; después los caminos son intransitables. Nos mata la poca competencia", confesó Santiago Mateos, entrenador de la menores de 18 chubutense. Y agregó: "En menores de 20 se hace difícil, porque a esa edad la mayoria se nos va a estudiar a Córdoba o Buenos Aires".
Con más o menos inconvenientes, con más o menos técnica, cada uno aportó lo mejor de sí. Y eso es lo importante.
Por Martín Villasante
Para LA NACION
Unos 1500 jóvenes de todo el país participaron en Carlos Paz en el III Campeonato Argentino Juvenil para menores de 18 y 20 años
CARLOS PAZ.- Durante siete días hubo pelotas ovaladas por todos los rincones. Durante siete días hubo camisetas y acentos de todos los colores. Costumbres de las más dispares se entremezclaron dentro y fuera del Carlos Paz Rugby Club, cuyas dos canchas desembocan en el imponente Lago San Roque. Tal vez por eso, con el sol de frente, los protagonistas del III Campeonato Argentino Juvenil de rugby para menores de 18 y 20 años parecían estar corriendo sobre el agua; tal vez por eso parecían estar formando parte de un espejismo.
Lejos de ser una metáfora, ésa fue la sensación que muchos de los casi 1500 jóvenes de todo el país experimentaron hasta el domingo último en medio de las sierras cordobesas. Pero no sólo por contar con la posibilidad de intercambiar costumbres con jugadores del otro extremo del mapa: también los motivaba mostrar sus habilidades ante los seleccionadores nacionales, entre ellos Marcelo Loffreda, entrenador principal de los Pumas, Gustavo Milano y Bernardo Aitor Otaño. Todos acompañados por Emilio Perasso, titular de la Unión Argentina de Rugby, que presenció las últimas dos jornadas del torneo para 50 equipos. La UAR aportó $ 300 mil para la organización.
"Lo positivo de los nacionales juveniles en un solo lugar es que todas las uniones pueden participar, desde las más poderosas hasta las más débiles -afirmó Perasso-. Acá se mezclan las de Buenos Aires, Tucumán y Córdoba con las de Jujuy, Tierra del Fuego y Chubut, y eso sin contar a Paraguay, Chile y Uruguay."
Los jugadores de la Unión de Rugby de Tierra del Fuego, por ejemplo, viajaron tres días en ómnibus para competir. "El rival más cercano que tenemos está en Trelew. Además, nuestras canchas tienen mucha tierra y poco pasto", se lamentó Marcelo Velázquez, responsable de la delegación fueguina, compuesta por seis hombres que juegan (y estudian) en Buenos Aires: cuatro en Gimnasia y Esgrima, uno en Liceo Naval y uno en el SIC.
Algo similar ocurre con los muchachos de Valle de Chubut, cuya camiseta negra es casi idéntica a la de los All Blacks. "Esto es muy importante para nosotros, porque a causa de la nieve sólo podemos jugar entre marzo y junio; después los caminos son intransitables. Nos mata la poca competencia", confesó Santiago Mateos, entrenador de la menores de 18 chubutense. Y agregó: "En menores de 20 se hace difícil, porque a esa edad la mayoria se nos va a estudiar a Córdoba o Buenos Aires".
Con más o menos inconvenientes, con más o menos técnica, cada uno aportó lo mejor de sí. Y eso es lo importante.
Por Martín Villasante
Para LA NACION
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home